lunes

Día dos del Festival Zanate


El segundo día de actividades del Festival Zanate continuó en la Pinacoteca Universitaria, con la proyección del documental Sones Mixes de la ciudad.

Dirigido por Yovegami Ascona y nominada al premio Zanate Viewhaus Universitario, Sones mixes de la ciudad muestra un proyecto musical de migrantes indígenas de Oaxaca en la ciudad de México en el que se busca rescatar las tradiciones musicales del pueblo mixe.

La banda Rey Condoy es la protagonista de este filme en el cual se relata su fundación. La meta que perseguían los músicos indígenas era disfrutar de los sones típicos de su pueblo en Chimalhuacán, lugar donde residían.

A través de este documental, Yovegami, también mixe, expone una problemática social del pueblo indígena en el que los jóvenes ya no hablan ayuuc, dialecto del pueblo mixe, y se han mezclado con la cultura de una ciudad donde se es fácil olvidar las raíces.

El segundo documental del día fue Tercia de ases, nominado al Premio Zanate Colima y dirigido por Gollit Flores, estudiante de la licenciatura en Comunicación de la Facultad de Letras y Comunicación de la Universidad de Colima.

En esta película, el joven realizador presenta a los tres integrantes del Mariachi Tradicional Minatitlán, conformado por Juan Villa, Tomás Alada (violinistas) y Raymundo Dávila, guitarrista y compositor del grupo. Los personajes del documental, quienes estuvieron presentes en la proyección, se mostraron contentos y gustosos de poder ser parte de este proyecto.

Tercia de ases hizo posible conocer la vida de los tres músicos, cuyas edades sobrepasan los 70 años, y darse cuenta de las vivencias que cada uno tiene de los hechos ocurridos en Minatitlán, tal como el ciclón del 59. Además, muestra los problemas por los que tuvieron que atravesar para cumplir el sueño de conformar el mariachi que desafortunadamente en la actualidad, está perdiendo su tradición. Las canciones originales del grupo aparecen a lo largo del documental y narran momentos diversos.

La siguiente proyección correspondió al documental Paal nominado al premio Zanate corto/mediometraje, del director suizo Christoph Müller y Víctor Vargas. La historia se desarrolla en torno a  Benjamín, niño maya de nueve años que pasa su tiempo recorriendo la selva, observando e interactuando con los animales.
El filme es hablado tanto en español como en maya, con el propósito de plasmar que “no existen fronteras”. El director de Paal buscó contrastar este trabajo con los documentales que abordan las temáticas de injusticia o violencia, y comentó que la historia “es un homenaje a la vida”.

Ambientada con los sonidos de la selva, canciones populares y leyendas del pueblo maya, Paal, permite acercarnos a la naturaleza con paisajes salvajes, llenos de flora y fauna de la región, y a un niño que trata de vivir la vida al máximo, pues su sueño es convertirse en maestro de kínder para poder contar sus experiencias a sus alumnos.

Por último, se presentaron dos de los documentales nominados al Gran Premio Zanate. Por un lado, Lupe, el de la vaca, dirigido por la antropóloga social, Blanca Aguirre, quien aborda la problemática que existe en el campo mexicano, de una manera muy sutil, entremezclando historias de los habitantes de un pueblo en la sierra de Jalisco.

La directora narra las leyendas que hay en el pueblo, como los duendecillos en los que los lugareños creen y el de Lupe, un viejecillo al que pocos han visto, montado en su vaca cual caballo.

La productora de este filme, Alejandra Guevara aseguró que la película ha sido bien recibida en otros países ya que los campesinos empatizan con lo que sucede en nuestro país: “es lo mismo que están viviendo en el campo internacionalmente”. También se dijo satisfecha por trabajar con “gente que ama los animales, ama su trabajo y que a pesar de que no les da para vivir dignamente, no lo dejan”.

Finalmente la noche del viernes cerró con la presentación de Buscando a Larisa, de Andrés Pardo, quien tras encontrarse rollos de películas antiguas de formato casero, se da a la tarea de buscar a la niña que aparece en todas ellas, casi 40 años más tarde.

Durante más de ocho meses, Pardo buscó información sobre Larisa a base de pequeñas pistas que encontraba en las cintas. Con el tiempo encontró toda clase de hipótesis, incluyendo la razón por la cual se encontró las películas en un mercado callejero.

Aparte de la aventura del director por encontrar a la pequeña de las cintas, en el filme se expone la importancia y el cuidado que se le debe dar a los recuerdos que cada quien graba ya sea en película o en fotografías, porque al final, se convierte en una herencia familiar.